Círculo Argénteo: el origen
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Círculo Argénteo: el origen
Comprendo que, ahora que habeis entrado a trabajar para ellos, aparezcan esas dudas. A mí también me asaltaron el día que él me pidió ayuda. Le miré con gesto extrañado, preguntándome qué tipo de persona querría liderar una organización así. Al principio me parecía uno de esos idealistas con conceptos demasiado elevados, con esas ideas utópicas sobre hacer el bien que se narran en los libros de caballería. A veces hablaba como si sólo él se hubiese dado cuenta de algo que la gente no llegaba a comprender, y sólo entendí lo que eso significaba cuando escuché finalmente su historia.
Aunque la mayoría de nosotros sólo lo conoce de oídas, por referencias y alguna que otra leyenda, hace cinco años tuvo lugar una batalla al otro lado del Océano, una gran escaramuza que la gente acabó por llamar La Batalla de la Cima Hyjal. Lo de escaramuza es una forma de hablar, puesto que en realidad resulta que es la batalla más importante que ha tenido lugar en Azeroth desde tiempos inmemoriales hasta la fecha.
Pero esa no fue la única batalla que se produjo entonces. Hyjal no era el único lugar donde la Legión Ardiente campaba a sus anchas, dejando su sello de destrucción allí por donde iba. Las vidas de los que defendían aquel santuario Kaldorei no fueron las únicas que peligraron. Todo Kalimdor se estremecía con la fuerza de los pasos de la criatura llamada Archimonde.
Un grupo de individuos dispares, un conjunto variopinto compuesto tanto por miembros de la expedicion de Lady Proudmoore a Kalimdor, como de refugiados de Thrall o exploradores Kaldorei, decidieron acortar camino a traves de las montañas hasta la Cima Hyjal. Retrasados como iban, cargando con los heridos de vanguardia, se vieron forzados a cruzar un difícil y peligroso sendero que les llevó a un poblado, entre las montañas que rodeaban aquel enorme Arbol de la Eternidad. Un pequeño pueblo de elfos, único y frágil bastión que protegía un sendero que se adentraba en uno de los lugares mas sagrados de los Kaldorei.
Esa expedición estaba liderada por él, con todo lo que eso suponía, pues la convivencia entre personas que se habían estado llamando enemigos hasta hacía bien poco era realmente difícil. Sin embargo, todas las enemistades se olvidaron en el mismo momento en que el olor a putrefacción y azufre que acompañaba tanto al Azote como a la Legión impregnó aquel poblado fronterizo y llegó hasta el grupo que acortaba camino.
Quizás la Legión también pretendía cruzar por aquella ruta para introducir sus apestosas tropas por la retaguardia de la defensa de Hyjal, o quizás quería extender también la destrucción que estaba sembrando en todos sitios por aquel lugar recóndito, desconozco la razón real. Lo único que sé es lo que él me contó: aquel pueblo peligraba. Los civiles inocentes se habían visto involucrados en una batalla para la que no estaban preparados. Su única esperanza se presentaba como un puñado de extranjeros desorganizados cargados de heridos.
Las fuerzas de la Legión se acercaban al pueblo y todo parecía perdido. Los aldeanos y los heridos se refugiaron en unas cuevas, cuya entrada quedó protegida solamente por unos pocos hombres, de entre los cuales él se adelantó para prometer que, al igual que los antiguos conjuros de protección contra las criaturas del mal, ningun ser cruzaría su defensa.
Nunca sabré bien qué fue lo que sucedió en aquella batalla. Quizas él podía invocar de verdad aquel sortilegio antiguo, o quizás fue la voluntad de defensa de aquellos hombres, pero lo que sí sé es que fue él quien reunió a aquel grupo desorganizado y dispar, haciéndoles luchar como un solo hombre, los unos por los otros. Enemigos ancestrales peleando al lado de su némesis, orcos derribando enemigos que amenazaban a los humanos, humanos protegiendo con sus escudos a los orcos, elfos disparando a todos aquellos que atentaban contra los trolls, mientras que estos les defendían a su vez. Enanos, altos elfos, humanos, orcos, trolls, taurens y elfos nocturnos luchando espalda contra espalda, codo con codo, hombro con hombro, contra un enemigo común. Contra el verdadero enemigo.
Contra el único enemigo.
Él me dijo que fue aquel día en el que se percató de la Gran Verdad. No sólo los orcos habian estado ciegos por la rabia, la furia y la sed se sangre. Los habitantes de Azeroth tenían la vista tan nublada por el fragor de la batalla como aquellos antiguos invasores. Muchos compartían creencias, se parecían mas de lo que ellos admitirían nunca. Habían estado derramando la sangre del enemigo equivocado.
Gracias a ese descubrimiento, aquel grupo desorganizado consiguió defender el poblado durante días con sus
correspondientes noches, hasta que Archimonde cayó en Hyjal y el grueso de la Legión se deshizo y huyó. No hubo ni una sola baja, evitando también así que los defensores caídos se unieran como nuevos reclutas del Azote contra sus antiguos compañeros. No hubo ninguna pérdida.
Puede que aquella hazaña nunca aparezca en los libros de historia. Al fin y al cabo, Archimonde no fue derrotado por aquella actuación, ni se derrotó en el poblado a ninguna punta de lanza de la Legión o el Azote. Aquel grupo variopinto se dedicó a una única cosa: sobrevivir. Sólo sobrevivieron, salvando al pueblo de ser arrasado con ello.
Quizas no aparezca en los libros de historia, pero también fue una gran victoria.
Los versados en artes mágicas quizás hayan oído hablar de aquel antiguo conjuro que mencionaba antes, el encantamiento que protege contra el mal. Se dice que su ingrediente principal era un círculo dibujado en el suelo con polvo de plata. Taz vez aquel grupo que defendió la ciudad no usó aquel arcano, pero definitivamente sí que se convirtió en un verdadero Círculo Argénteo.
Aunque la mayoría de nosotros sólo lo conoce de oídas, por referencias y alguna que otra leyenda, hace cinco años tuvo lugar una batalla al otro lado del Océano, una gran escaramuza que la gente acabó por llamar La Batalla de la Cima Hyjal. Lo de escaramuza es una forma de hablar, puesto que en realidad resulta que es la batalla más importante que ha tenido lugar en Azeroth desde tiempos inmemoriales hasta la fecha.
Pero esa no fue la única batalla que se produjo entonces. Hyjal no era el único lugar donde la Legión Ardiente campaba a sus anchas, dejando su sello de destrucción allí por donde iba. Las vidas de los que defendían aquel santuario Kaldorei no fueron las únicas que peligraron. Todo Kalimdor se estremecía con la fuerza de los pasos de la criatura llamada Archimonde.
Un grupo de individuos dispares, un conjunto variopinto compuesto tanto por miembros de la expedicion de Lady Proudmoore a Kalimdor, como de refugiados de Thrall o exploradores Kaldorei, decidieron acortar camino a traves de las montañas hasta la Cima Hyjal. Retrasados como iban, cargando con los heridos de vanguardia, se vieron forzados a cruzar un difícil y peligroso sendero que les llevó a un poblado, entre las montañas que rodeaban aquel enorme Arbol de la Eternidad. Un pequeño pueblo de elfos, único y frágil bastión que protegía un sendero que se adentraba en uno de los lugares mas sagrados de los Kaldorei.
Esa expedición estaba liderada por él, con todo lo que eso suponía, pues la convivencia entre personas que se habían estado llamando enemigos hasta hacía bien poco era realmente difícil. Sin embargo, todas las enemistades se olvidaron en el mismo momento en que el olor a putrefacción y azufre que acompañaba tanto al Azote como a la Legión impregnó aquel poblado fronterizo y llegó hasta el grupo que acortaba camino.
Quizás la Legión también pretendía cruzar por aquella ruta para introducir sus apestosas tropas por la retaguardia de la defensa de Hyjal, o quizás quería extender también la destrucción que estaba sembrando en todos sitios por aquel lugar recóndito, desconozco la razón real. Lo único que sé es lo que él me contó: aquel pueblo peligraba. Los civiles inocentes se habían visto involucrados en una batalla para la que no estaban preparados. Su única esperanza se presentaba como un puñado de extranjeros desorganizados cargados de heridos.
Las fuerzas de la Legión se acercaban al pueblo y todo parecía perdido. Los aldeanos y los heridos se refugiaron en unas cuevas, cuya entrada quedó protegida solamente por unos pocos hombres, de entre los cuales él se adelantó para prometer que, al igual que los antiguos conjuros de protección contra las criaturas del mal, ningun ser cruzaría su defensa.
Nunca sabré bien qué fue lo que sucedió en aquella batalla. Quizas él podía invocar de verdad aquel sortilegio antiguo, o quizás fue la voluntad de defensa de aquellos hombres, pero lo que sí sé es que fue él quien reunió a aquel grupo desorganizado y dispar, haciéndoles luchar como un solo hombre, los unos por los otros. Enemigos ancestrales peleando al lado de su némesis, orcos derribando enemigos que amenazaban a los humanos, humanos protegiendo con sus escudos a los orcos, elfos disparando a todos aquellos que atentaban contra los trolls, mientras que estos les defendían a su vez. Enanos, altos elfos, humanos, orcos, trolls, taurens y elfos nocturnos luchando espalda contra espalda, codo con codo, hombro con hombro, contra un enemigo común. Contra el verdadero enemigo.
Contra el único enemigo.
Él me dijo que fue aquel día en el que se percató de la Gran Verdad. No sólo los orcos habian estado ciegos por la rabia, la furia y la sed se sangre. Los habitantes de Azeroth tenían la vista tan nublada por el fragor de la batalla como aquellos antiguos invasores. Muchos compartían creencias, se parecían mas de lo que ellos admitirían nunca. Habían estado derramando la sangre del enemigo equivocado.
Gracias a ese descubrimiento, aquel grupo desorganizado consiguió defender el poblado durante días con sus
correspondientes noches, hasta que Archimonde cayó en Hyjal y el grueso de la Legión se deshizo y huyó. No hubo ni una sola baja, evitando también así que los defensores caídos se unieran como nuevos reclutas del Azote contra sus antiguos compañeros. No hubo ninguna pérdida.
Puede que aquella hazaña nunca aparezca en los libros de historia. Al fin y al cabo, Archimonde no fue derrotado por aquella actuación, ni se derrotó en el poblado a ninguna punta de lanza de la Legión o el Azote. Aquel grupo variopinto se dedicó a una única cosa: sobrevivir. Sólo sobrevivieron, salvando al pueblo de ser arrasado con ello.
Quizas no aparezca en los libros de historia, pero también fue una gran victoria.
Los versados en artes mágicas quizás hayan oído hablar de aquel antiguo conjuro que mencionaba antes, el encantamiento que protege contra el mal. Se dice que su ingrediente principal era un círculo dibujado en el suelo con polvo de plata. Taz vez aquel grupo que defendió la ciudad no usó aquel arcano, pero definitivamente sí que se convirtió en un verdadero Círculo Argénteo.
Giroloco- Senescal
- Cantidad de envíos : 13
Fecha de inscripción : 28/03/2008
Re: Círculo Argénteo: el origen
*/offrp
Bienvenidos a Círculo Argénteo.
Una breve introduccion, algo incompleta pues os deja al aire que ha sido de la Hermandad desde que nació, por que tenemos y que es el Oraculo, quien el él y si que sucedió realmente en aquella batalla, pero es suficiente por ahora.
Para los que sepais algo mas esta historia no cuenta ni la mitad verdaderamente interesante, pero es un comienzo y una buena base para que los que desconocian la procedencia de Círculo Argenteo.
En aspectos del juego hay que decir que Círculo Argénteo es una hermandad de alineamiento Neutral Bueno (en terminos D&D). Asi que lo siento por los Brujos/Warlocks, Picaros/Rogues, futuros Death Knights y demas categorias dudosas por que vendria bien que buscarais una historia que excuse vuestras buenas intenciones con la procedencia de vuestro poder (puede ser muy enriquecedor). No me llameis maniatico, la experiencia me dice que personajes malvados en un entorno amistoso tienden a romper el buen funcionamiento de una partida.
Círculo es paramilitar, independiente del ejercito de la Alianza o de la Horda. Nos llevamos “bien” con ambos. Algunos extremistas de la Alianza pensaran que somos demasiado pasivos y la parte violenta de la Horda nos verá como los que les fastidiamos el rollo. En general las intenciones y los objetivos (y los casos de PVP) suelen ir dirigidos a defender a la gente de injusticias, masacres, abusos y demás casos (que TANTO suelen darse en PVP). Eso tampoco quiere decir que seamos idiotas. Como bien dice una de las doctrinas de la Luz hay que saber cuando es “ayudar” y cuando “darselo hecho”.
Círculo Argénteo tiene relacion especial con el Alba Argéntea. Como la mayoria de sus intenciones van por la misma linea son buenos aliados. El problema es que a diferencia de el Alba Argentea, Círculo Argénteo no apunta tan alto y prefiere defender a la gente que tiene al alcance y que verdaderamente lo necesite en vez de centrarse en actos elevados y batallas epicas y prolongadas. Eso no quiere decir que llegado el momento Círculo Argénteo no pueda actuar directametne contra la Legion o el Azote.
En cierta forma Círculo Argénteo es un grupo de “Caballeros Andantes”, una panda de bienhechores. Andan por el mundo ayudando a quien pueden, y si les piden grandes cosas harán grandes cosas.
*/end offrp
Bienvenidos a Círculo Argénteo.
Una breve introduccion, algo incompleta pues os deja al aire que ha sido de la Hermandad desde que nació, por que tenemos y que es el Oraculo, quien el él y si que sucedió realmente en aquella batalla, pero es suficiente por ahora.
Para los que sepais algo mas esta historia no cuenta ni la mitad verdaderamente interesante, pero es un comienzo y una buena base para que los que desconocian la procedencia de Círculo Argenteo.
En aspectos del juego hay que decir que Círculo Argénteo es una hermandad de alineamiento Neutral Bueno (en terminos D&D). Asi que lo siento por los Brujos/Warlocks, Picaros/Rogues, futuros Death Knights y demas categorias dudosas por que vendria bien que buscarais una historia que excuse vuestras buenas intenciones con la procedencia de vuestro poder (puede ser muy enriquecedor). No me llameis maniatico, la experiencia me dice que personajes malvados en un entorno amistoso tienden a romper el buen funcionamiento de una partida.
Círculo es paramilitar, independiente del ejercito de la Alianza o de la Horda. Nos llevamos “bien” con ambos. Algunos extremistas de la Alianza pensaran que somos demasiado pasivos y la parte violenta de la Horda nos verá como los que les fastidiamos el rollo. En general las intenciones y los objetivos (y los casos de PVP) suelen ir dirigidos a defender a la gente de injusticias, masacres, abusos y demás casos (que TANTO suelen darse en PVP). Eso tampoco quiere decir que seamos idiotas. Como bien dice una de las doctrinas de la Luz hay que saber cuando es “ayudar” y cuando “darselo hecho”.
Círculo Argénteo tiene relacion especial con el Alba Argéntea. Como la mayoria de sus intenciones van por la misma linea son buenos aliados. El problema es que a diferencia de el Alba Argentea, Círculo Argénteo no apunta tan alto y prefiere defender a la gente que tiene al alcance y que verdaderamente lo necesite en vez de centrarse en actos elevados y batallas epicas y prolongadas. Eso no quiere decir que llegado el momento Círculo Argénteo no pueda actuar directametne contra la Legion o el Azote.
En cierta forma Círculo Argénteo es un grupo de “Caballeros Andantes”, una panda de bienhechores. Andan por el mundo ayudando a quien pueden, y si les piden grandes cosas harán grandes cosas.
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